25 películas de terror para empezar a conocer el género
Esta, mi primera lista en el sitio, es una humilde intención de guía para quienes no han visto muchas películas de terror pero que quieren y no saben por dónde empezar. No hay un parámetro o criterio para esta selección, más que mis gustos personales y tratar de abarcar algunos hitos y clásicos. El orden es cronológico y, claramente, dista de ser ideal. Pero aquí vamos:
-Nosferatu (Nosferatu, eine symphonie des grauens, 1922, de F. W. Murnau): la primera gran adaptación del clásico de Stoker aún conserva su encanto y es terrorífica.
-Dracula (Dracula, 1931, de Tod Browning): fundacional, no es su mejor adaptación pero simboliza la época dorada de los estudios Universal (junto a Frankenstein y La Momia).
-La novia de Frankenstein (Bride of Frankenstein, 1935, de James Whale): audaz superposición de múltiples ejes de crítica social, e inteligente retelling del original.
-Psicosis (Psycho, 1960, de Alfred Hitchcock): difícil encasillarla en el género de terror, pero tiene un par de escenas que redefinieron (junto a Peeping Tom) la mirada del villano en el género.
-Carnaval de las almas (Carnival of souls, 1962, de Herk Harvey): profundamente extraña, expresa un fuerte sentimiento de soledad.
-La Maldición (The Haunting, 1963, de Robert Wise): clásico de casas encantadas, con excelentes actuaciones y una soberbia dirección de Wise.
-Los pájaros (The birds, 1963, de Alfred Hitchcock): la tensión inaguantable, y algunos efectos muy logrados.
-Kwaidan: Historias sobrenaturales (Kaidan, 1964, de Masaki Kobayashi): inolvidable compendio de historias folclóricas japonesas, con una fotografía deslumbrante.
-El bebé de Rosemary (Rosemary's baby, 1968, de Roman Polanski): Excelente representación del mal en lo cotidiano.
-La noche de los muertos vivos (Night of the living dead, 1968, de George A. Romero): la película que cambió la cultura del cine de terror moderno. Zombies y nihilismo.
-El Exorcista (The Exorcist, 1973, de William Friedkin): obra maestra, grandes actuaciones. Terror religioso que no necesita fantasmas para asustar.
-La Masacre de Texas (The Texas Chainsaw Massacre, 1974, de Tobe Hopper): impactante en la crudeza de sus imágenes y atractiva por su estilo libre e innovador.
-La profecía (The omen, 1976, de Richard Donner): no tan original pero atemorizante relato de un niño problema y su posible conexión con el diablo.
-Suspiria (Suspiria, 1977, de Darío Argento): de nuevo, la tensión es insostenible. Visualmente exquisita, toda una artesanía.
-Halloween (Halloween, 1978, de John Carpenter): el ejemplo máximo del mal en tu propia casa. Clásico.
-Poltergeist (Poltergeist, 1982, de Tobe Hopper): la película definitiva sobre casas tomadas.
-Pesadilla en lo profundo de la noche (A nightmare on Elm Street, 1984, de Wes Craven): horror donde menos puedes defenderte: en tus sueños.
-La serpiente y el arco iris (The serpent and the rainbow, 1988, de Wes Craven): otro ejemplo de estilo propio en una historia de vudú y demonios.
-Pecados capitales (Se7en, 1995, de David Fincher): perturbador y eficaz relato de los peligros del poder y el saber.
-Scream (Scream, 1996, de Wes Craven): el género revisitándose y reescribiéndose.
-El aro (Ringu, 1998, de Hideo Nakata): seminal en cuanto a la nueva generación de películas japonesas acerca de lo sobrenatural
-La sombra del vampiro (Shadow of the vampire, 2000, de E. Elias Merhige): artesanal homenaje al Nosferatu de Murnau.
-Están entre nosotros (Shutter, 2004, de Banjong Pisanthanakun y Parkpoom Wongpoom): escalofriante aunque previsible historia de fantasmas. Traumática.
-Criatura de la noche (Låt den rätte komma in, 2008, de Tomas Alfredson): sumamente romántica historia de una niña vampiro en soledad.
-El conjuro (The Conjuring, 2013, de James Wan): renovado tributo al cine terror religioso y a la simbología pagana.