Muertos relacionales: Sujeto colectivo en Another (2012)

17.06.2023

Basado en el manga creado en 2009, Another (Anaza) es un anime que se transmitió en Japón entre Enero y Marzo del 2012, y que cuenta la historia de una clase perteneciente a la escuela secundaria de Yomiyama, ciudad japonesa imaginaria vinculada a una maldición que persigue desde hace veintiséis años tanto a esa clase como a la ciudad.

En un mundo cada vez más particionado, dentro del micro-universo de los adolescentes también ha sido común la segregación de los que se ven diferentes a la mayoría, comúnmente mediante bullying. Las distintas otredades pueden formar parte de un mismo universo e interactuar entre sí y con otras de diferentes maneras, o no interactuar en lo absoluto. Dichas otredades deben comprenderse en el entorno sociológico actual, entendiendo que ya no puede aprehenderse al ser humano como una sola entidad definida y para siempre, sino como un cuerpo cambiante. A instancias de este enfoque en particular será de utilidad la aplicación de la Teoría Relacional propuesta inicialmente por Jean Baker Miller, teoría que prioriza el estudio de la interacción y convivencia con las demás personas cuyo objetivo sería un desarrollo social superador de las inhibiciones.

Teniendo en cuenta los estudios sobre teoría relacional, se revisarán las implicaciones del uso de las nuevas tecnologías a la hora de mediar las relaciones entre los personajes, sabiendo que esas tecnologías están permanentemente involucradas con "el desarrollo psicológico de la gente joven" (Coleman, 2). La intención es partir de las siguientes preguntas: ¿en qué afecta la introducción de un agente externo e irracional como una maldición a la noción de sujeto relacional? ¿Ante un entorno relacional tan cambiante, cambian también las decisiones de los sujetos involucrados?


El sujeto relacional adolescente. Dos conceptos

La Teoría Relacional se enfoca en las acciones y el comportamiento de lo que se llama 'sujeto relacional' (Donati, 31), el cual hace referencia a "sujetos sociales colectivos e individuales que están constituidos relacionalmente" (ibid) y que, por medio de esa interacción generan "propiedades y poderes emergentes" (ibid) hasta alcanzar una "intencionalidad compartida" (ibid). La teoría relacional no constituiría el entrecruzamiento del individuo social con el todo -el sistema social-, sino que se situaría en un estrato diferente llamado "orden relacional de realidad" (ibid). Esta entidad no es predeterminada y/o estable, sino modificable. Mediante esa cooperación deberían "ser capaces de tratar con" (Donati, 41), por ejemplo, sujetos conflictivos. Luego tenemos el proceso de reflexividad, el cual no es otra cosa que la capacidad de cada ser humano de distinguirse en relación al mundo y viceversa, una suerte de auto-reconocimiento en el mundo.

El proceso de trans-humanización por el que atraviesa sociedad actual implica el uso de avances tecnológicos para mejorar a la especie humana en todos sus aspectos. Uno de ellos es el físico. La introducción de un órgano artificial aspira a mejorar al cuerpo en relación a sus capacidades anteriores. En Another hay un personaje vinculado a un proceso de trans-humanización. Los procesos de trans-humanización y de reflexividad están relacionados al punto de que cada individuo debe meditar cada elección de vida en función las consecuencias que recaigan sobre su propia línea temporal. Por otra parte, todo grupo convertido en un sujeto colectivo debe incorporar una reflexividad colectiva, esto es, la capacidad de compartir una "orientación común" (Donati, 188). Entonces, esta nueva relación es como una red cuyas decisiones afectan por un lado de manera personal, pero también al colectivo.

Another se construye como un enigma a resolver, y como tal, precisa de uno o más sujetos que persigan su resolución, lo que puede inducir a esos sujetos a actuar en colaboración o por separado; también pueden competir para lograr ese objetivo. La clase se divide en dos facciones: por un lado está el "Countermeasure Team" (Equipo de Contramedidas), que agrupa a sujetos que deciden seguir las leyes tácitas de la clase e ignorando deliberadamente a una persona, una costumbre tradicional en el grado para evitar la maldición; esta surgió a partir de la creencia en que hay un ser sobrante, alguien que no debería formar parte del grupo porque no pertenece al mundo de los vivos, pero que a fin de cuentas provoca un desbalance numeral en el curso que debe ser equilibrado mediante la sustracción de algunos de los sujetos vivientes. El sujeto elegido es ignorado a tal punto que se lo considera inexistente. La otra facción es la "Non-existent team" (Equipo de los No-existentes), que es mucho más reducida e incluye a los sujetos ignorados por el resto. En esta última facción encontramos a Mei y a Koichi. Como el sujeto relacional puede ser configurado en función de "nivel, tipo y grado de mediación de sus relaciones" (Donati, 183), Mei y Koichi conforman una pareja cuya relación "emerge como una realidad diferente desde esos dos individuos" (Donati, 184), y esta realidad "influencia la una a la otra" (ibid); el uno encuentra en el otro un apoyo, una motivación y un sentido de protección para luchar contra la maldición.

Los cuerpos son cambiantes porque van rotando en relación a las jerarquías que ocupan dentro de esa organización que es la clase; este es un indicativo de reflexividad, pues cada alumno se comporta como un sujeto relacional con la capacidad de deliberar "qué roles ellos (faliblemente) consideren probará ser satisfactorio y sustentable" (Donati, 81). Hay cuerpos que están mutilados o privados de normalidad. Mei, quien ha reemplazado el ojo que le falta por el de una muñeca, debe mantenerlo tapado porque con ese objeto puede ver "las cosas que no deberían verse" ("Bone work"). Aunque un ojo de vidrio no es tecnología cibernética, podemos pensar en ella como un cyborg (aunque propiamente no lo es), es decir, "un híbrido de máquina y organismo" (Haraway, 150), en tanto su cuerpo es orgánico pero contiene una parte artificial depositada allí por la ciencia, y que le posibilita hacer cosas que en condiciones naturales las personas no pueden.

Es la cultura humana la que 'crea el contexto en el cual una tecnología es diseñada y usada' (Vint, 122). En Another, la tecnología no es protagonista sino periférica, y los aparatos modernos son casi inútiles; los teléfonos sirven para comunicar a las personas pero no para otorgar información clave. Sólo dos objetos de origen tecnológico moderno tiene trascendencia en la trama, y uno de ellos es la prótesis de vidrio que tiene Mei como ojo. Para ella el ojo es una carga muy pesada; el parche que lo tapa no sirve tanto para ocultar una parte de sí misma que la avergüenza, sino porque le atemoriza el poder que le confiere. La tecnología está presente a modo de advertencia: nos es útil, pero también representan un estorbo o un peligro cuando no son utilizadas adecuadamente.


Podemos pensar en Another como una metáfora sobre la necesidad de un ritmo de vida cambiante, en la que se da un intercambio constante entre humanidad y tecnología acercándose cada vez más a una hibridación entre ambas. Los alumnos de esa clase buscan modificar algunas leyes sobre la marcha para evitar ser alcanzados por la maldición; de esta manera, el grupo se mueve como un bloque cuya relación en su interior es variable, como un sujeto colectivo. A veces deciden ignorar a algunos miembros, a veces los reciben, a veces son benevolentes y a veces crueles. El pandemónium que se desata en los últimos dos episodios da cuenta de la confusión general o de incertidumbre respecto del futuro. Ya no pueden confiar en nadie, pues la figura del otro es tan cambiante que se pierde el reconocimiento en el otro, el cual se vuelve un extraño, o peor aún, un enemigo. En ese desconcierto, el grupo se disuelve y cada individuo se convierte en un sujeto individual cuyas acciones se ven motivadas por una voluntad propia, y entendiéndose a sí mismos como sujetos relacionales que deben decidir lo que es mejor para cada uno de ellos. Ante la posibilidad de morir, los chicos y chicas deciden matar para eliminar el problema del otro, es decir, para disolver la presencia del sujeto sobrante.

La crisis identitaria en los jóvenes es temporal, ya que algunos eligen seguir un modelo o plan preestablecido, y otros "se deslizan hasta que descubren quiénes son" (Fowler, 19). En Another, esa duda permanente sobre seguir las leyes no escritas contra la maldición se debilita cuando no consiguen los resultados esperados. Los adolescentes como sujeto relacional son un ente cambiante, dinámico, cuyas modificaciones están sujetas a los grandes cambios socio-tecnológicos del mundo. Another es un ejemplo de sujeto relacional que marcha a contrapunto de la sociedad actual, principalmente por su falta de contacto con las nuevas tecnologías, pero también está alineado con un nuevo sujeto interconectado y protagonista de relaciones sociales efímeras y dinámicas. Hoy es imposible definir a un grupo como un apartado estático, sobre todo si tenemos en cuenta medios de contacto como las redes sociales: éstas no son estrictamente cerradas -salvo excepciones- sino que pueden modificarse continuamente. Además, mediante nuevas herramientas como compra y venta en línea o deliveries, el contacto social con otros individuos es aún más distante y efímero.

No se puede considerar a la tecnología como la causante del conflicto identitario, pues en Another los adolescentes parecen vivir en una burbuja atecnológica, y aún así transitan un período de desconcierto clave, lo que comprueba que en relación a la tecnología, tanto la dependencia como su prescindibilidad se vuelven extremos causantes de conflicto, pues en ambos puntos el sujeto social deja de interactuar con la sociedad que lo cobija; en otras palabras, aunque se trate de un sujeto colectivo, una interacción que integre su contexto es fundamental ya que "es él/ella quien opera sobre/con/a través de relaciones sociales" (Donati, 301).

¿Cuán útil es esta conformación de un sujeto colectivo ante la incidencia de un agente nocivo exterior? En Another resulta claro que, más allá de las pérdidas y de los daños colaterales, la formación de un nuevo sujeto relacional, colectivo y reflexivo, puede ser útil para el desarrollo de cada individuo adolescente de cara a la toma de decisiones al afrontar al mundo allá afuera.


BIBLIOGRAFÍA

Coleman, John (2014). "Introduction: Digital technologies in the lives of young people", en Digital technologies in the lives of young people, editado por Chris Davies, John Coleman y Sonia Livingstone. Nueva York: Routledge

Donati, Pierpaolo & Margaret S. Archer (2015). The Relational Subject. Reino Unido: Cambridge University Press

Haraway, Donna (1991). "A Cyborg Manifesto: Science, Technology, and Socialist-Feminism in the Late Twentieth Century", en Simians, Cyborgs and Women: The Reinvention of Nature, por Donna Haraway. Nueva York: Routledge, pp. 149-181

Vynt, Sherryl (2007). Bodies of Tomorrow: Technology, Subjetivity, Science Fiction. Toronto: University of Toronto Press

Es mejor mirar al cielo que vivir en él. 
(Truman Capote)
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