6. Clase de historia
- En lo profundo de las selvas de la Tierra de Arnhem, al noreste de Australia, habitan unos seres mágicos llamados Mimis. Ellos son unas criaturas traviesas y rudimentarias, pero tienen una poderosa empatía con la naturaleza y con todos los seres vivos; sí, incluyendo a los seres humanos.
>> Los Mimis son extremadamente delgados; tienen una fisionomía muy parecida a la de los humanos, con cabeza, tronco y extremidades, aunque su constitución hace que se vean como la fragilidad personificada: el viento es un enemigo mortal, pues si éste sopla fuerte, estas criaturas corren el riesgo de quebrarse. Así de débiles son. Cuando caminan, parece que arrastraran un gran peso. No es para menos, puesto que cargan con todos los animales de la tierra.
>> Los mitos ancestrales cuentan que hace mucho, mucho tiempo, los Mimis fueron los primeros en llegar a esta gran isla, y que fueron ellos quienes realizaron los primeros trabajos en piedra: entre esos dibujos podemos encontrar una buena parte de las enseñanzas que ellos legaron a los seres humanos, como la caza regulada de animales, su cocina para alimentarse, cómo convivir en armonía con la naturaleza y aprovechar los recursos para transmitir su conocimiento por medio de habilidades especiales, como las artes figurativas.
>> Estos seres viven entre las rocas, escondidos durante la mayor parte del día, ya que han dejado de ser los inquilinos de la isla, y sólo se manifiestan cuando es necesario, como cuando se intenta dañar a algún animal inofensivo. Encontrarse con ellos no es cosa fácil, por eso la gente piensa que son sólo una leyenda local, pero les aseguro que existen.
>> ¿Qué cómo lo sé? Bueno, les voy a contar un secreto. Pero confío en que lo callen, porque, ya saben, dicen por ahí que los niños no son muy buenos guardando secretos. Los Mimis solían ser personas, al principio. Como ustedes, o como yo. Pero ahora que ya no lo somos, es correcto afirmar que todos fuimos Mimis, y que, de continuar con el proceso de transformación, jamás volveremos a serlo.
>> ¿Por qué? Simplemente porque así funciona la evolución de las especies, y los homo cyber-sapiens ya no necesitamos los cuerpos. Ahora, formen un clúster simétrico que en cuestión de segundos nos toca regresar al slot escolar.
FIN