Grupo de apoyo para final girls (2022), de Grady Hendrix 

16.09.2024

Primer acercamiento a la obra de este popular autor contemporáneo. Lynnette es una sobreviviente a la masacre en la que su familia fue asesinada. Ella se reúne mensualmente desde hace décadas con un grupo de terapia para mujeres que también sobrevivieron a tragedias similares. Todas las chicas son unas final girls, que han logrado salvarse de múltiples matanzas por parte de asesinos seriales quedando como únicas y últimas sobrevivientes. Pero, después de tantos años, la llama del peligro vuelve a encenderse cuando parece que alguien se ha puesto como objetivo eliminarlas. O al menos, eso piensa Lynnette.

Hendrix nos propone un relato cargado de giros y emociones contrastantes. Una constante a lo largo de la novela es esa intención de regresar sobre elementos ya propuestos en la narración para ponerlos en duda. Justamente, la duda nos domina durante buena parte del relato, puesto que por momentos creí que Lynnette efectivamente apuntaba correctamente hacia el/la asesino/a, y por momentos empecé a sospechar -junto con buena parte de los otros personajes- de la sanidad mental de la protagonista, quien también encajaba en ese perfil de sospechosa. 


Mediante un ejercicio de metadiscurso entre novelístico y periodístico, el autor intercala el relato propiamente dicho con fragmentos de críticas, análisis de películas y libros, entrevistas, y otros procedimientos intradiegéticos para capturar nuestro espíritu fandom y, a la vez, para vincularse una y otra vez a la época dorada de los slashers, de la década de los 80'.

El personaje de Lynnette está bien diagramado; a través de sus pensamientos y de la construcción de un entorno propio seguro, obtenemos la suficiente cantidad de información para comprender el estado mental de una persona cuya mezcla de sufrimiento y culpa la han llevado a tal extremo. Mi problema con la novela, si es que puedo llamarlo así, son las incontables situaciones exasperantes con las que me encontré. Es divertido cuando un giro dramático cambia nuestra perspectiva de la historia, pero cuando se producen muchos giros -algunos curiosamente oportunos- tiendo a perder el foco del interés. Tampoco me apasionaron los demás personajes, pero es cierto que la novela trata con individuos rotos/as, cuyas vidas han sufrido un cambio brusco para jamás volver al punto de inocencia previo. En ese sentido, los personajes cumplen con esa regla. 

Más allá de su resolución, en líneas generales me pareció una buena novela, mucho, pero mucho más cerca del thriller psicológico que del terror. Su lectura es ágil, el argumento es atractivo y uno como lector se encuentra inevitablemente enganchado a la mirada de Lynnette, actuando -tal como ella- como una suerte de detectives improvisados. Novela agradable, aunque no para llevarse todos los premios. 
Es mejor mirar al cielo que vivir en él. 
(Truman Capote)
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