La ensalada animal. Tooth and claw: A field guide to "Nature run amok" horror movies.

24.04.2020

Escrito por el publicista, editor y escritor de cómics Dan Whitehead, Tooth and Claw es una guía redactada con un lenguaje ameno para el lector general no especializado. Decididamente útil para introducir un subgénero (Nature run amok) del terror poco estudiado a nivel de crítica, su contenido abarca desde algunas películas bastante lejanas en el tiempo hasta otras de principios del siglo XXI, divididas por una categorización planteada por el autor; estas secciones se dividen según el tipo de animal agresor, o del hábitat en que se produce el relato, o bien por determinadas características que comparten ciertos depredadores.

Como dije al principio, el libro está escrito de forma muy amena, sin demasiada profundización analítica, sino que ofrece un pantallazo de cada película mencionada en un intento por 'recolectar' la mayor cantidad de títulos posibles. En ocasiones, las reseñas son útiles para tener  una idea de los temas que se trataban en determinada época y contexto, pero en otras sencillamente hay un breve y tendencioso comentario; no cabe dudas de que, a pesar de la alta carga subjetiva de algunos de sus comentarios, el libro no carece de humor, el cual permite sin dudas simpatizar con ciertas modalidades del género que a grandes rasgos parecen en extremo inverosímiles (sí, pienso en la grandiosamente bizarra Sharknado, de Anthony C. Ferrante). 

Los apartados se dividen en:

-Agresores acuáticos: Amén de alguna mención a películas bastante antiguas (The Bat, 1930, co-dirigida por Lionel Barrymore!!), se recuerda a algunas gemas del género como La bestia del mar (It came from beneath the sea, 1955), y algunas aventuras que incluyen tiburones, cangrejos y algún otro monstruo ancestral. Destaca, por supuesto, la inclusión del thriller (es discutible pero válida la acepción como film de terror) Tiburón (Jaws, 1975), de Steven Spielberg, de la que Whitehead afirma -con fácil precisión- que es "la obra maestra incuestionable del género". Además de dedicarle a Tiburón una descripción y análisis más extenso que al resto de las películas, Whitehead incluye también un comentario sobre sus secuelas, alguna menos afortunada que otra. La oleada de películas con CGI y otros efectos por computadora amplían la producción pero no la calidad en los últimos años. 

Recomiendo: Tiburón, Mar abierto (Open water, 2003, de Chris Kentis), Piranha (1978, de Joe Dante) 


-Reptiles voraces: los monstruos de esta sección son algo más bizarros ya que, a diferencia de los acuáticos a los que encontramos en naufragios y expediciones marinas que salen mal, estos reptiles surgen a menudo de orígenes poco comprensibles. Figuran en la lista unas cuantas películas realizadas en otros cines aparte del estadounidense, incluyendo de la prolífica cinematografía Thai, como Krai Thong (Neramit, 1980) que presenta cocodrilos que adquieren forma humana -y viceversa. Amén de una buena variedad de films bizarros, la sección no es tan voluminosa como la primera pero contiene varias curiosidades que llaman la atención.

Recomiendo: El cocodrilo (Lake placid, 1999, de Steve Miner), Rogue (2007, de Greg McLean), Black water (2007, de D. Nerlich y A. Traucki)


-Furia peluda: asociando el tamaño de la bestia con el peligro posible, estas películas presentan por lo general a osos y grandes felinos como "villanos" de la historia. Entre los olvidables títulos que componen la sección figura El gran rugido (Roar, 1981, de Noel Marshall), fracaso de taquilla de la que Whitehead dice que es "más interesante lo que sucedió detrás de escena que en la propia película". También se menciona a Presa del miedo (Prey, 2007, de Darrell Roodt), recordada por la tensión a la que su protagonista femenina es sometida al quedar varada en un auto en medio de un safari, con leones hambrientos merodeando hasta alcanzar un "memorable clímax". A menudo estas películas presentan interesantes elencos pero lo ambicioso de sus proposiciones acaba dando un resultado dispar. 

Recomiendo: Garras (The ghost and the darkness, 1996, de Stephen Hopkins), Al filo del peligro (The edge, 1997, Lee Tamahori), Grizzly (1976, de William Girdler)


-Alimañas viciosas: este apartado está dedicado a los roedores, los cuales pese a su escaso tamaño suelen ser causa de horrorosas pesadillas para muchas personas. El autor hace hincapié en los tamaños en relación al ser humano, y cómo pueden invertirse en ocasiones; en un punto, es un juego de poderes otorgado por imposición del más fuerte. Whitehead alaba algunos títulos de factura lenta (Willard, 1971, de Daniel Mann) y no escatima esfuerzos en mofarse de otros: de The rats are coming! The werewolfs are here! (1972, de Andy Milligan) afirma que es "insoportablemente tonta". Sin embargo, es de destacar el intento del autor por brindar mérito a producciones súper austeras y de efectos irrisorios (como Rats: Night of terror, 1984, Brunno Mattei) cuya función en el espectro cinematográfico es la de traer entretenimiento, puro y duro.

Recomiendo: Willard, De origen desconocido (Of unknown origin, 1983, de George Cosmatos), Las tumbas malditas (Graveyard shift, 1990, de Ralph Singleton)


-Mascotas enloquecidas: gatos, perros, conejos, etc. Precursora en parte del subgénero "el terror viene de adentro", no destaca por la variedad de sus títulos (mayoría de ataques caninos). Las películas de tercera categoría han sido siempre el nicho para actores de segunda mano o estrellas venidas a menos, y en este apartado se hacen notar. El autor elogia varios títulos, lo que me hace pensar en que de todas las opciones animales en el libro, éstos parecen ser los más creíbles; paradójico, ya que Whitehead en más de una ocasión se pregunta cómo lograr que unos cachorros se vean terroríficos. El propio autor acaba reconociendo lo logrados que están algunos films de la lista. Incluye Cujo (1983, de Lewis Teague), la famosa adaptación de la novela de Stephen King, y la bizarra pero con pretensión de seria El mejor amigo del hombre (Man's best friend, 1993, de Robert Lafia), a la que Whitehead califica como "gloriosamente estúpida". Ni hablar de Night of the chihuahuas (2004, de D.M. Quiroz Jr.)....

Recomiendo: Atrapado (Trapped, 1973, de Frank De Felitta), Cujo, La larga noche de terror (The pack, 1977, de Robert Clouse)


-Simios salvajes: comenzando por una película perdida del año 1920 (Go and get it de Marshall Neilan y H. Roberts Symonds), es evidente la fascinación que el cine tiene o ha tenido con los primates. La sección presenta, sino la mejor película del subgénero, sí a la más famosa: King Kong (1933, de Merian C. Cooper) recibe tal vez la mayor cantidad de palabras en todo el libro; el autor la define -con justa razón- como "una de las películas de fantasía más influyentes de todos los tiempos". Al lado de este clásico, los demás títulos suenan inferiores sin importar tanto de qué traten. De antología son los gritos que pegaba el salvaje mandril de Shakma (1990, de Tom Logan y Hugh Parks), una suerte de slasher bastante predecible. 

Recomiendo: King Kong, Monerías diabólicas (Monkey shines, 1988, de George A. Romero), Link (1986, de Richard Franklin)


-Bichos espeluznantes: los insectos han probado ser un enemigo interno bien identificable en el cine, siendo morfológicamente muy diferentes al ser humano; las películas con bichos tienen mucho que ver con la problemática del miedo a lo distinto, y hay varias gemas en este apartado: las icónicas hormigas gigante de El mundo en peligro (Them!, 1954, de Gordon Douglas) reflejan como un espejo las preocupaciones de los estadounidenses en los años 50', tanto desde el miedo a las devastaciones atómicas como al macartismo y esa noción de que el mal viene de adentro. En líneas generales, el autor reconoce a varias producciones de menor ambición como propias de su época y 'disfrutables'. 

Recomiendo: El mundo en peligro, Invasión infernal (Bug, 1975, de Jeannot Swarc), Phase IV (1974, de Saul Bass)


-Un pinchazo en el relato: no hay demasiado entusiasmo en la lista de este apartado, con unas pocas excepciones, a saber... Gloria Swason en su anteúltimo papel derrochando su histrionismo y explotando la moda camp con una gran actuación en Abejas asesinas (Killer bees, 1974, Curtis Harrington), y el espectacular elenco de la fallida El enjambre (The swarm, 1978, Irwin Allen), que incluyó a luminarias del cine como Henry Fonda, Fred MacMurray y Olivia de Havilland, entre otrxs. El problema con estas películas, como también sucede en buena parte de las pertenecientes al género run amok y de baja calidad, es la dificultad para tomarlas seriamente, aún teniendo rostros tan populares como protagonistas.

Recomiendo: Las abejas salvajes (The savage bees, 1976, de Bruce Geller), Abejas asesinas, El enjambre


-Arácnidos agresivos: he aquí algunos de los grandes clásicos de este subgénero; desde mediados de los 50' se han hecho películas para enfrentar los miedos más intrínsecos de mucha gente: las arañas. Desde Tarantula (1955, Jack Arnold) a la que reconoce 'inteligente y pausada' (y marcó el debut como actor de Clint Eastwood, vale decir), Whitehead reparte elogios por aquí y por allá, rescatando lo mejor de cada film, y hay varios que realmente valen la pena el visionado. Desde la araña gigante de Tarantula y las de la paródica El ataque de las arañas (Eight legged freaks, 2002, Ellory Elkayem) hasta cierta escena sofocante en la ducha, las arañas han sido uno de los mayores amenazas de la naturaleza hacia el ser humano en el cine, aunque personalmente no me causen mucho estertor.

Recomiendo: Arachnophobia (1990, de Frank Marshall), Tarántula, La invasión de las arañas (Kingdom of the spiders, 1977, de Bud Cardos)


-Serpientes siniestras:  surgidas con plenitud en los años 70' (parece haber una consolidación del subgénero nature run amok en esta década), las películas de este apartado tienen un fuerte vínculo con lo extraño, pero no desde lo terrorífico, sino desde la decadencia o el aislamiento de los sujetos que han sido apartados por la sociedad (nativos, veteranos de guerra). En parte por esta razón, la crítica del autor hacia ellas es más benevolente en cuanto a que reconoce el intento por arrojar un lazo que las una a la realidad circundante. Whitehead da lugar también a algunas películas muy bizarras como la taiwanesa Calamity of snakes (1983, Chi Chang) que combina artes marciales con víboras y escenas de humor en cámara rápida al mejor estilo Benny Hill. Tan mala que tal vez divierta... aunque no sé si más bizarra que aquellas producidad por Sci-Fi en los últimos años. Ah, cómo olvidar la decena de tristes secuelas e imitaciones que generaría otra peli de este apartado, innecesario mencionarlas...

Recomiendo: Anaconda (1997, de William Girdler), Stanley (1972, de William Grefe), Veneno (Venom, 1981, de Piers Haggard)


-Fangosos y babosos: en esta sección repentinamente acaban los elogios del autor. Con apenas cinco films mencionados aquí siendo la sección más breve de todo el libro, encontramos películas tediosas con bestias que aparecen muy poco en pantalla, y con bajo presupuesto. Destaca la mención del famoso maquillador Rick Baker en uno de sus primeros trabajos, y poco más. Difícil elegir tres películas favoritas sobre cinco, pero...

Recomiendo: Gusanos infernales (Squirm, 1976, de Jeff Lieberman), Hallazgo mortal (Slugs, 1988, de Juan Piquer Simón), Ranas (Frogs, 1972, de George McCowan)


-Miedo a volar: ya en secciones anteriores nos topamos con títulos muy famosos como Tiburón, Aracnofobia y Anaconda. Pero, en materia de animales actuando extraño, faltaba una. Tal vez la más recordada por aquellas personas de mayor edad. Se trata de Los Pájaros (The birds, 1963, de Alfred Hitchcock), vitoreada por Whitehead como "uno de los pocos clásicos verdaderos' del subgénero, analizándola con cierta profundidad y mencionando incluso algunas cuestiones referidas al simbolismo que propaga la película. Nuestra familiaridad con las aves es tal vez el factor principal por el que se han producido un puñado de buenas películas sobre ellas. Tristemente, las mejores entradas del apartado se produjeron hace ya bastante tiempo, confirmando el patrón de que el subgénero Nature run amok absorbió las peculiaridades de las décadas del 60' y 70' y en los últimos años esa conexión se ha agotado y la mayoría de las peliculas lucen vaciadas de contenido y plagadas de cgi y animales monstruosos casi sin sentido (para el autor las criaturas de Flu birds (2008, Leigh Scott) inspiran más risa que miedo). A pesar de ello, es uno de los apartados más completos del libro.

Recomiendo: Los Pájaros, Los sobrevivientes elegidos (Chosen survivors, 1974, de Sutton Roley), El murciélago diabólico (The devil bat, 1940, de Jean Yarbrough)


-Apocalipsis animal: esta sección presenta algunos títulos realmente extrañas, incluyendo una fallida adaptación de una novela -El alimento de los dioses- de H.G. Wells. Como curiosidad, el autor destaca que La bestia de un millón de ojos (The beast with a million eyes, 1955, David Kramarsky) presenta escenas de ataques de pájaros y también un perro que se vuelve extremadamente agresivo antes de la aparición de las famosas Los pájaros y Cujo. Para ser el corolario de este libro, no es un apartado nada alentador, sobre todo considerando lo que potencialmente podría haberse hecho con el suspense sembrado por animales en grupo confabulándose para atacar a la humanidad. Poco de qué hablar, y de calidad mediocre.

Recomiendo: El zoológico del terror (Belve feroci, 1984, de Franco Prosperi), El día de los animales (Day of the animals, 1977, de William Girdler), Largo fin de semana (Long weekend, 1978, de Colin Eggleston)


Así pues, llegado al final del libro, la sensación es que si bien se ha hecho bastante en términos generales dentro del subgénero nature run amok, el saldo de películas "clásicas" es de un número bastante pequeño, donde por supuesto hay grandes películas pero son la minoría. El libro de Whitehead nos sirve como una guía amena, no muy académica por cierto, pero llena de acotaciones graciosas que hacen la lectura un poco más agradable; nuestra tarea, la de aquel a quien le importe la temática, es bucear entre estos títulos y buscar alguna de estas películas. No es que haya demasiado para ver. Está claro, sin embargo, que si el subgénero nos puede dar luminarias como King Kong, Tiburón o Los pájaros, definitivamente vale la pena darle una oportunidad. 


Es mejor mirar al cielo que vivir en él. 
(Truman Capote)
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