Madurar lejos de casa. La trilogía Binti, por Nnedi Okorafor

Ambientada en un futuro próximo, Binti es la historia de una chica de características similares a una muchacha de pueblo africana; ella es una chica inteligente, intuitiva, y con plena conciencia de los valores culturales de su pueblo, distanciándose de los restantes seres humanos. La trilogía sigue su desarrollo desde que abandona a su pueblo para ir a estudiar a una prestigiosa universidad intergaláctica, e ilustra las vicisitudes que se suceden a medida que va creciendo. 

Binti (2015), la primera novela corta de esta trilogía, nos cuenta un poco el origen y las costumbres de su joven protagonista, por entonces una adolescente: usa unas trenzas largas, se baña con un aceite especial (ojitze) que prepara ella misma, y lleva consigo un objeto antiguo manufacturado -el edan- del que no conoce ningún uso provechoso, pero es un regalo familiar que conserva como un amuleto. Además, tiene al igual que varias personas de su pueblo la habilidad de realizar conexiones múltiples basadas en las matemáticas. En el viaje por el espacio exterior hacia la universidad, unas medusas atacan la nave y matan a todos los seres humanos que viajaban allí, excepto a ella y al piloto; este hecho volverá a su mente una y otra vez a lo largo de los relatos. La causa de su salvación sea posiblemente el edan, cuyas propiedades escapan a su conocimiento, aunque luego Binti averigua que el aceite que prepara para cubrir su cuerpo es una sustancia desconocida pero muy codiciada para esos seres. El final del relato marca un segundo paso hacia su madurez (el primero es desprenderse de sus raíces por partida doble: por un lado por el mero hecho de abandonar a su pueblo, y luego por ya no bañarse más en ese aceite que sólo conseguía en su tierra), al convertirse en intérprete de las solicitudes de las medusas en su trato con la comitiva universitaria. La primera parte termina, así, con un personaje que comienza casi de manera introvertida pero que crece a la vez que empieza a superar sus miedos. 

Binti II: Hogar (2017) continúa tiempo después de la primera entrega. Binti está asentada en la universidad pero después de los incidentes relatados en la parte anterior y al darse cuenta gradualmente de las dificultades de las diferentes razas para establecer lazos de convivencia alejados de la violencia, decide que quiere terminar pronto los estudios para regresar a la Tierra con su pueblo y obtener el perdón de sus pares. Viaja a su pueblo junto a Okwu, la medusa que se quedó a estudiar con ella y de la que se hace amiga, pero amén de un recibimiento artificioso y despampanante en su tierra, algunas verdades comienzan a salir a la luz cuando el padre de Binti tiene una leve descompensación en la fiesta por el regreso; allí, las hermanas y otrxs habitantes de la sociedad Himba muestran su descontento con ella por haberse ido y su desprecio por haber cambiado (ya no tiene sus okuoko -trenzas- largas sino que fueron reemplazadas por algo que se parece a pequeños tentáculos de medusa). Después de algunas escenas entre oníricas y de profunda comunión con la naturaleza, poco a poco se nos va revelando el origen de algunos misterios como el del edan. Además de la rivalidad entre los pueblos himba y kousch (quienes tendrían cierta pretensión de superioridad ante los anteriores), destaca la división entre los pueblos "civilizados" -esos que acabo de nombrar- y 'las personas del desierto', los que al parecer conservan mayores recuerdos sobre las antiguas civilizaciones que habitaron el planeta. Pero el regreso tras un cambio nunca es fácil. Hogar es una muy interesante secuela que aborda de forma amena los problemas de identidad de una niña que cruza la adolescencia y que pierde la inocencia y la timidez.

En Binti III: La Mascarada Nocturna (2019), la protagonista continúa por la senda del auto-descubrimiento, mientras decide volver a la aldea de su pueblo debido a un presagio que le anuncia la partida de sus seres queridos. La acompaña Mwinyi, un joven del 'pueblo del desierto' que también es armonizador y que le oculta -por su bien- detalles de los incidentes en el pueblo. La confrontación entre los kousch y las medusas ha regresado, y Okwu su amiga medusa puede haber sufrido las consecuencias de querer la paz. Cuando encuentra que han destrozado La Raíz (el antiguo edificio familiar), Binti -en lo que significa otro paso de crecimiento personal- llama al consejo de ancianos para tomar decisiones sobre la paz de la tierra. Pero Binti, Okwu y Mwinyi son diferentes a los demás, en muchos sentidos, y continúan siendo parias mientras deambulan por las tierras. Binti sufre la pérdida de su vida pero, de manera increíble,  Pez Nuevo (la nave que fue concebida como ser vivo por Pez Tercero) la revive, mientras la lleva a lo que iba a ser su estancia final, Saturno. Así, Binti pasa de ser himba a himba-medusa a himba-medusa-enyi zinariya (el pueblo del desierto) a ser himba-medusa-enyi zinariya-nave/organismo estelar... La transformación del personaje no obedece meramente a su madurez espiritual, sino también a cambios que se van produciendo en su cuerpo. El cierre de la novela encuentra a nuestrxs protagonistas en Oomza Uni, la universidad interestelar, dispuestxs a seguir "evolucionando" en el sentido de continuar su proceso de madurez. 

La trilogía Binti es un conjunto de novelas cortas de enfoque sociológico y pensada desde el resurgido gueto del afrofuturismo. Su autora, la nigeriana Nnedi Okorafor, deja en claro en cada cierre el respeto por su familia y sus raíces, la comunión con la naturaleza y la cultura ancestral, y la importancia de las relaciones con quienes te rodean. Binti es un canto a la madurez, el aprendizaje y el conocimiento de nosotrxs mismxs. Las tres novelas (especialmente la primera, pero todas a su modo) son memorables, y merecen el reconocimiento que han recibido a nivel académico y de público. Absolutamente recomendable.