Algunas palabras sobre Western

24.04.2018

Mi primer acercamiento a la pantalla grande fue por medio de la pantalla chica. Por las noches, mientras mis papás dormían, la tele quedaba encendida y siempre alguna película (por lo general alguna de terror clásico) me aterrorizaba antes de dormir. Drácula, Frankenstein, La Momia, esas típicas películas de la Universal de los años 30' configuraron mis primeros "miedos" imaginarios. 

Las series de televisión también jugaron un papel importante, y de hecho, dieron pie al pilar principal de mi interés por el cine: las conversaciones familiares. Desde mi papá con su prodigiosa cantidad de recuerdos y detalles (no sólo de las películas, sino sobre las salas, afiches, las golosinas que se compraba con los centavos que mis abuelos le daban, etc.), mi mamá con sus primeras impresiones ya de adolescente y mi abuelo, con quien nos sentábamos a pasar la tarde en la vereda, recordaba anécdotas del cine más clásico. 

Pero volviendo a la series de televisión por un momento, Bonanza y El Zorro fueron claves. El western al estilo hollywoodense, con toques de comedia, definían un poco aquellas películas que eran consideradas de culto en casa. Al día de hoy, algunas de esas ellas (A la hora señalada, Shane, La diligencia, Duelo de titanes) aún persisten como clásicos desde mi punto de vista, claro. Voy a hacer una lista sobre este género. El formato televisivo, accesible para chicos que no pueden o no son capaces de sostener la atención durante un tiempo prolongado, era el medio ideal para ver 'un rato' alguna aventura pasajera, amena y que no atente contra el tiempo de juego (ése al que los chicos gastan y cuidan tanto a la vez).

En general, al ver una película de western pensamos inmediatamente en la dicotomía de adentro y afuera, como también civilización y barbarie, o incluso la vieja rivalidad de buenos y malos. (citar a alguien que establece parámetros del western) También, y esencial en la configuración de la mayoría de las aventuras de la literatura occidental (y por extensión, de buena parte de la cultura oriental) surge la figura del héroe, representada en Hollywood por el star system. Entre los actores más reconocibles que supieron ser héroes dentro del género encontramos a John Wayne, Randolph Scott, James Stewart, Gary Cooper y muchos más. Claro que antes que ellos hubo otros héroes pero difícilmente sobrevivieron por popularidad hasta estos días, como Tom Mix, Ken Maynard, Gene Autry, Roy Rogers, Gilbert Roland, etc. Lo cierto es que el western es claramente estadounidense, por cuanto sus elementos contextuales característicos son propios de una época determinada de cierta zona de los Estados Unidos: casi siempre nos ubican en el siglo XIX, en algún pueblo del oeste estadounidense -muchas veces en Texas, estado que limita con México-, personajes de otras tierras (muchas veces mexicanos), y en ocasiones problematizando algún episodio importante de la historia de aquel país, como las caravanas avanzando sobre las tierras, las matanzas de nativos o la guerra civil entre norte y sur. 

En cuanto a la figura central, lo que llamaríamos el héroe, es un tropos que tiene su origen en la antiguedad y que fue descrito con minuciosidad por Joseph Campbell en su trabajo El héroe de las mil caras. Lejos de analizar dicha obra, se puede apreciar que a lo largo del tiempo esa imagen acartonada y arquetípica del héroe ha ido erosionándose en pos de un personaje con más matices, conflictuado, a veces de dudoso comportamiento y reputación, pero siempre el eje central de las relaciones de poder en las películas del género. 

Es mejor mirar al cielo que vivir en él. 
(Truman Capote)
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