1001 Albums Parte I: Jazz & Blues. Sinatra, Elvis, Louvin Brothers, Louis Prima, Fats, Ellington, The Crickets, Count Basie, Thelonius (1955-57)

21.03.2020

In the wee small hours salió al público en 1955, época en la que La Voz había perdido buena parte de su popularidad sonora aunque a partir de un par de papeles cinematográficos le habían dado un nuevo empuje hacia el reconocimiento artístico (especialmente ganando un oscar por De aquí a la eternidad, de Fred Zinnemann). Este disco es una muestra de la introspección a la que Sinatra se había sumido por aquella época -a tono con el díficil momento que atravesaban las estrellas de entonces- merced a su separación de Ava Gardner como también por las adicciones a las que tenía que hacer frente. Su voz está intacta, su encanto también, y cada canción te sume en esa introspección de la que el intérprete es su exponente (como en 'I'll be around'). El repertorio es variado, destacando algunos arreglos de jazz muy propios de los 50'.

Favoritas: "This love of mine", "I'll be around" y "What is this thing called love"

Calificación: 8/10


¿Qué puedo decir de Elvis? Si bien no había discos físicos en casa que lo prueben, crecí escuchando sus canciones, aunque por separado. Elvis Presley (1956) tiene un poco de cada espíritu de su década: desenfreno juvenil ("Blue suede shoes"), romance nostálgico (relacionado tal vez con las migajas de la posguerra y de aquellas parejas que se veían desenlazadas por culpa de los conflictos bélicos y las obligaciones de los jóvenes con su patria), avidez por nuevas melodías ("Tutti Frutti") y el respeto por las raíces musicales ("Just because"). Elvis juega con su voz de una manera tal que su carisma incide profundamente en nuestra audición. Tal vez el punto bajo del disco en mi opinión es la falta de improvisaciones y arreglos a nivel banda de acompañamiento, salvo unas pocas excepciones. Aún así, un disco realmente disfrutable, que dio origen al mito del rey del rock and roll.

Favoritas: "Blue suede shoes", "I'm counting on you" y "Blue moon"

Calificación: 8/10


Melancólicas melodías componen Tragic songs of life (1956), el disco debut de este dúo estadounidense de música country y gospel. Es inevitable sentir la lejanía popular en estas canciones, las cuales asocio permanentemente a un estilo de vida y a una configuración social propias de los EEUU de hace al menos sesenta años. Así, resulta difícil lograr empatía en ese aspecto, aunque el acompañamiento de esas guitarras rítmicas, mandolinas, banjo -tal vez- y armónicas sin duda producen una sensación de calma. Leer sobre la vida privada del dúo y conocer que uno de ellos murió en un accidente de auto luego de atravesar diferentes crisis de adicciones, alimenta un poco la sensación de melancolía y de culto a este disco (¡vaya título!), que, sumado a que la música country siempre me resultó agradable al oído, suena sólido sin ser despampanante. 

Favoritas: "Kentucky", "What is home without love", "A tiny broken heart" 

Calificación:  7/10


Cuando un disco empieza de la manera en que The Wildest! (1956) arranca, es muy difícil sostener esa energía durante toda su duración. El medley "Just a gigolo/I ain't got nobody" tiene un ritmo impresionante que se mantiene por más de cuatro minutos y medio, tamaña proeza musical. Sus canciones derrochan ese entusiasmo propio de los ritmos afroamericanos que derivaron en el rock and roll, como el swing, el jive y otros. Es cierto que su voz suena parecida a Louis Armstrong, pero en sus exclamaciones contagia de alegría a la vez que unx se imagina bailando estas melodías en la pista con amigxs. Apenas conocía la voz de Prima, no por su nombre, y me ha entretenido bastante.

Favoritas: "Just a gigolo-I ain't got nobody", "(I'll be glad when you're dead) You rascal you", "Oh Marie"

Calificación:  7/10


Fats Domino fue para los jóvenes músicos de los 50' y 60' lo que hoy llamarían influencer. Desde Jerry Lee Lewis hasta The Beatles, el pianista e intérprete fue uno de los primeros en trazar un puente entre el rock and roll y los ritmos que lo antecedieron. This is Fats (1956), desde la distancia de más de medio siglo, tal vez haya perdido algo de su fuerza, pero conserva el encanto de lo nuevo, además de unos arreglos más que correctos, en los que todo parece sonar bien y a tiempo. En definitiva, no me entretuvo mucho. 

Favoritas: "Blue Monday, "Blueberry Hill", "Trust in me"

Calificación:  6/10


Ellington at Newport (1956) es un disco que reúne tres sesiones diferentes del Newport Jazz Festival comandados por el gran Duke Ellington en la trompeta. Las canciones que desfilan por este disco son una muestra del virtuosismo que derrochaba el genial jazzista y su orquesta. A la vez que rememorar buena parte del cine de los 50' y 60' al oírla, la obra es adecuada para escuchar y admirar de noche, y una nueva versión del disco ha logrado que un concierto suene tan sólido como una grabación de estudio. El final de "Festival junction" es impresionante. Música de primera clase.

Favoritas: "Tea for two", "Tulip or turnip", "Skin deep"

Calificación:  8/10


Primer artista que repite en el libro. Songs for swingin' lovers! (1956) de Frank Sinatra suena tan parejo, tan perfecto en su resolución que parece difícil encontrar fallas. Es uno de esos álbumes que si bien acá no es tan recordado, es agradable de punta a punta, no exagera en las interpretaciones; reconocí varios temas de películas anteriores, todos muy bien reversionados para la ocasión. Al mismo tiempo cuesta elegir canciones favoritas, porque es todo tan melodioso y tan "americano" que se dificulta separarlas entre sí. Tal vez lo lindo de un buen álbum sea eso, la uniformidad acompañada de calidad. Un disco sólido y primaveral, de la mano de una de las grandes voces del siglo XX.

Favoritas: "I've got you under my skin", "You brought a new kind of love to me", "How about you?"

Calificación:  8/10


Formada por el mítico Buddy Holly a mediados de los años 50', The Crickets (¡qué buen nombre para una banda!) suenan como unos adelantados en 1957 con The "Chirping" Crickets. Al escuchar baladas como "You've got love" o "It's too late" es inevitable pensar en The Beatles, The Kinks y otras bandas que vinieron después. En el disco abundan melodías bailables, blues románticos ["Send me some lovin'"] y algunas del naciente desparpajo juvenil del rock & roll (como "Tell me how" o "I'm lookin' for someone to love"). Y, por supuesto, el tema más recordado de Buddy -que en realidad fue uno de los pocos que no compuso-: el fantástico rock "Oh boy!". ¿Qué hubiera sido del rock melódico de los 60' si este fenómeno no hubiera muerto en ese accidente de avioneta? Lo cierto es que este disco es una joya escondida, plagada de agradables canciones (12!!!) en menos de 26 minutos de duración. Todo un logro.

Favoritas: "Oh boy!""You've got love", "That'll be the day"

Calificación:  9/10


La portada impacta. Si tuviéramos que buscar una sola imagen que represente la palabra 'power' en los 50', ésa es la imagen. The Atomic Mr. Basie (1957) es una colección original de jazz en sus varias facetas, y destaca en variedad; de a ratos nos encontramos en un estado de trance, aunque no sé si en este caso eso es bueno o malo. Lo cierto es que este disco instrumental tiene sus momentos, tiene mucho swing y los caños suenan de maravilla (hay solos de todos los colores). El pianista y orquestador Count Basie plasmó un buen disco, no hay dudas de eso. Su acceso depende del paladar de cada persona, porque no hay letras ni voces (vocales) y ese jazz que suena a improvisado se percibe como una interpretación muy local, de donde proviene. 

Favoritas: "Whirly-Bird", "Midnite blue", "FantaiL"

Calificación:  7/10


Cuando un disco tiene 5 tracks y la duración total rebasa los 40 minutos, uno sabe que está en presencia de algo diferente. Musicalmente experimental, minimalista (por momentos sólo se escuchan el piano y la batería) y elegante, Brilliant corners (1957) marca el regreso del pianista Thelonius Monk a las grabaciones de primera línea. Monk sufrió varios episodios relacionados con las drogas, razón por la que fue 'borrado' durante varios años del circuito más prestigioso. Este álbum refleja su estilo único en cuanto a improvisación: es bastante difícil para un aficionado repetir lo que suena. Magistral por momentos, suena a catálogo de cómo debe improvisarse en el jazz. Para escuchar de fondo en una fresca noche de otoño, como ahora.

Favoritas: "Brilliant corners", "Bemsha Swing", "Ba-Lue-Bolivar Ba-Lues-Are"

Calificación:  8/10


Es mejor mirar al cielo que vivir en él. 
(Truman Capote)
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