1001 Albums Parte VII: Beach Boys, Fred Neil, The Byrds, Dylan, The Monks, Kinks, The Mamas & The Papas, Revere & Raiders, Zappa, Stones (1966)
1001 Albums Parte VII: Beach Boys, Fred Neil, The Byrds, Dylan, The Monks, Kinks, The Mamas & The Papas, Revere & Raiders, Zappa, Stones (1966)

El genio de Brian Wilson alcanzó su máximo esplendor en uno de los discos más icónicos del pop anglosajón, Pet sounds (1966) de The Beach Boys. Desde la popularísima "Wouldn't it be nice", el álbum es una sucesión de canciones pop cuyo espíritu ya no es el juvenil sur-rock playero de años anteriores, sino con letras que reflejan el paso de los años y las relaciones y musicalmente más desarrollado. Si bien es un crecimiento respecto a su trabajo anterior, no creo que supere la línea creativa de Rubber soul como el autor sugiere. El costado romántico sigue siendo uno de los temas más tocados por la banda como en "Don't talk (Put your head on my shoulder)" o "". "I'm waiting for the day" combina saltos rítmicos interesantes y similares a algunas canciones beatle, y se dan el gusto de experimentar en temas como el instrumental "Let's go away for a while". Pet sounds influyó directamente en las baladas de Los Gatos y otras bandas latinoamericanas de la época, y es tal vez el mejor álbum de esta emblemática banda.
Favoritas: "Sloop John B", "Wouldn't it be nice", "I'm waiting for the day"
Calificación: 7/10

El estadounidense Fred Neil fue uno de los puntales de la transición del folk tradicional al folk rock. En las canciones de Fred Neil (1966) se conjugan lo eléctrico y lo acústico, y en sus letras parece infiltrarse la filosofía y el pensamiento pacifista del autor ("The dolphins"), defensor de los derechos de los delfines. La presencia de la armónica es la compañía perfecta para esa poesía (en "That's de bag I'm in" o "Ba-di-da" su presencia es constante, una voz principal). La voz de Neil es profunda, limpia, penetrante, como la de un trovador que no requiere esfuerzo para afinar y transmitir lo que canta. La transición mencionada anuncia parte del rock progresivo de los años subsiguientes ("Everything happens"). También hay espacio para los lentos: "Faretheewell (Fred's tune)" es una breve y melancólica oda al hombre y su unión con la naturaleza y la casi metafísica "Green Rocky Road". Un álbum muy tranquilo, regular, recomendado para especializados en transiciones de géneros y estilos, tal vez no para cualquier paladar.
Favoritas: "I've got a secret (Dind't we shake sugaree)", "Sweet cocaine", "Green Rocky Road"
Calificación: 6/10

Fitfh Dimension (1966) efectivamente nos lleva a otro espacio, a un lugar diferente del que habitamos por media hora. The Byrds se aproximaron a la experimentación y salieron bien parados. Luego de la partida de su principal compositor Gene Clark, los Byrds se orientaron al folk-rock, a las fusiones con jazz, a la inclusión de más solos y sobre todo a una temática sideral. "Mr. Spaceman" es una balada country muy contagiosa, deudora de la pasión del guitarrista Roger McGuinn con lo relacionado a la astronomía. Sus letras también responden a un planteamiento existencialista en boga por aquellos días ("What's happening?", "Eight miles high") o sentimientos de vacío y futilidad ("I come and stand at every door", "John Riley"). El arte de tapa simboliza la cultura hippie y esa fascinación por lo sideral, un reflejo de lo "oscuro" que sucedía en la sociedad americana de los 60'. Un álbum de transición para la banda, y también uno de sus mejores trabajos.
Favoritas: "Mr. Spaceman", "What's happening?", "5D (Fifth Dimension)"
Calificación: 8/10

Continuando su proceso de experimentación musical, Bob Dylan creó en 1966 el primer álbum doble de la historia del rock&roll, Blonde on blonde. En este álbum Dylan impregna al blues de un sonido más agresivo ("Most likely you go your way (And I'll go mine)" o "Obviously five believers"), con una sólida combinación de guitarras y elementos eléctricos, "Visions of Johanna" ejemplifica a la perfección lo dicho. Sus baladas suenan como una bocanada de aire fresco ("One of us must know (sooner or later)"), aventajando a sus contemporáneos por esa capacidad para la renovación. Además, la premisa existencialista aquí está bañada de un optimismo musical ("I want you") y su poesía alcanza las cotas más simples y románticas y contradictorias con "Just like a woman" (y un solo de armónica nostálgico hacia el final) y "Temporary like Achilles". Una vez más, la portada capta a un artista casual, en progreso. Otro gran disco de uno de los artistas más relevantes del siglo XX.
Favoritas: "Visions of Johanna", "One of us must know (sooner or later)", "Just like a woman"
Calificación: 9/10

Si bien el punk como género musical asociado con la problemática social emergió con todas sus fuerzas a mediados de los 70', The Monks -cinco ex soldados americanos exiliados en Alemania y fundadores del rock de garage en el viejo continente- permanecen como un importante antecedente del género. Black Monk time (1966) incluye el órgano y el bajo eléctrico a la formación tradicional, y los combinas con letras ácidas y críticas sobre la guerra y la sociedad, pues según el autor The Monks "no creían en nada". Su forma extraña de vestir (una especie de túnicas talladas) y su cabello pelado en el centro los convirtió en una banda de culto ("Shut up" es un grito en esta línea, sectario). Su estilo musical es mas bien sucio, desfachatado, hasta desordenado -por momentos más instrumental-, propio de lo que propondría el punk de los 70' ("Monk time", "Higgle-dy-piggle-dy"). En ocasiones su progresismo se convierte en confusión ("Boys are boys and girls are choice"), y los tonos agudos en "I hate you" y "Complication" muestran a una banda en busca de algo diferente aunque por momentos a medio camino. Un álbum aceptable, distinto, pero difícil de captar para algunxs.
Favoritas: "Drunken Maria", "Monk time", "Oh, how to do now"
Calificación: 6/10

The Kinks han de ser en mi opinión, después de los Beatles, la mejor banda de rock de los 60'. Con Face to face (1966) los nor-londinenses consiguen un trabajo más oscuro y profundo de lo que la colorida tapa sugiere. Tanto "Party line" como "Dandy" siguen esa línea pop-rock de los fab four, mientras "Rosy won't you please come home" es una balada suave y limpia. El equilibrio auditivo entre las voces y los instrumentos es casi perfecto ("Too much on my mind" posee un sonido claro y melancólico); a la vez surge la voz que apunta a la hipocresía en la sociedad inglesa en canciones como el rock "House in the country" y la pop "Most exclusive residence for sale". Hacia el final el álbum se torna contemplativo ("Fancy", "Sunny afternoon"). En el momento en que la contracultura hippie se instalaba definitivamente en occidente, The Kinks acompañaron esa movida con el sonido adecuado, provisto de letras existencialistas y romances pasajeros, y en este disco empieza a notarse que eran diferentes, una banda a tener en cuenta.
Favoritas: "Little Miss Queen of Darkness", "Dandy", "Party line"
Calificación: 8/10

Del otro lado de la música revolucionaria y rebelde, están las melodías que abogan por la liberación del espíritu y la mente. If you can believe your eyes and ears (1966) es el primer álbum de la banda neoyorquina de folk-rock The Mamas & The Papas. Si bien fueron sumamente exitosos tras su irrupción en el mundo del rock, la historia de la banda fue tumultuosa ya que casi desde el principio hubo internas que, sin embargo, no mermaron su calidad. El fuerte de la banda, claro está, eran los matices que otorgaban sus voces al unísono, lo cual está demostrado tanto en temas originales ("Go where you wanna go", "Hey girl") como en la revisión de varios clásicos, como "I call your name" de The Beatles y "Do you wanna dance" de Bobby Freeman; el genio de su principal compositor y arreglador John Phillips era quien estaba detrás de la coordinación de sus talentos. Sin embargo, la verdadera joya del disco es sin duda la famosísima "California dreamin'", que transmite ese deseo colectivo de un paraíso idílico, el amor por la naturaleza y, particularmente, la nostalgia por los inicios de unos artistas que buscaban alcanzar el estrellato. Un gran álbum, símbolo del movimiento hippie y de la cultura de los 60's.
Favoritas: "California dreamin'", "I call your name", "You baby"
Calificación: 8/10

De todas las bandas pop-rock surgidas en la década de los 60', ninguna es más beat que Paul Revere & The Raiders. Sus estrafalarios atuendos, su histrionismo y agresividad sobre el escenario y la desfachatez con la que interpretaban los temas los hicieron una banda única en su clase; es sabido que inspiraron a grandes bandas como Sex Pistols. En Midnight ride (1966) dejan un hit tras otro. Hay pinceladas de lo que será el punk-rock en "There's always tomorrow", "Take a look at yourself" y "I'm not your stepping stone" -que suena como los Stones pero más audaces-, hermosas dedicatorias en tono hippie ("Little girl in the 4th row") y románticas ("All I really need is you"), y reflexiones algo tétricas como "Ballad of a useless man" y la anti-adicciones "Kicks". Algunas canciones conservan la influencia folk ("There she goes") casi ineludible en esos años -sobre todo retazos de R&B-; "Louie, go home", el mayor éxito del álbum, es un tema de años anteriores que fue reversionado y tiene armonías bastante extrañas. Un gran disco.
Favoritas: "There's always tomorrow", "All I really need is you", "Take a look at yourself"
Calificación: 8/10

El rock de los 60' tenía, por un lado, el furor y rebeldía juvenil, las revisiones del primer R&R y las preocupaciones existencialistas de la generación beat y siguientes. Por otro lado, estaba la línea que encabezó Frank Zappa; el multifacético artista -tanto por sus varias profesiones como por su versatilidad en la experimentación musical-, junto a su banda The Mothers of Invention, crearon un álbum difícil de clasificar: Freak out! (1966). Conocido como el segundo álbum doble del rock, Freak out! contiene temas que saltan del R&B más tradicional a un aglomerado de ruidos y sonidos que escapan al concepto de música tonal ("Help, I'm a rock"); ningún tema se conforma con ajustarse a un solo género. Además de porciones atonales, sus canciones persiguen un concepto diferente, contracultural, crítico y corrosivo ("Who are the brain police?", "Hungry freaks, daddy"). La experimentación se nota en arreglos ("You're probably wondering why I'm here", "It can't happen here") y en la construcción de pastiches ("Go cry on somebody else's shoulder" parodia a los románticos de los 50' y "Wowie Zowie" remeda a los Beach Boys) y comienza a aparecer el elemento siniestro o extraño, en general evitado por la música en general. Cuando el rock caminaba por la misma línea de tendencia pop y libertina, Zappa dinamitó todo con su música. Un discazo, raro y distinto.
Favoritas: "Go cry on somebody else's shoulder", "Trouble every day", "Wowie Zowie"
Calificación: /10

Aftermath (1966) es el primer álbum de The Rolling Stones compuesto enteramente por ellos. Los 'chicos malos' de los 60' demuestran en este disco su facilidad para crear canciones pegadizas. El problema con los Stones, por lo general, era que sus temas sonaban parecidos entre sí; claro que eso no sería necesariamente un defecto, ya que marca un estilo sonoro, una identidad como banda. En Aftermath no hay tal: la banda se arriesga a la experimentación, al punto que Brian Jones empieza a alejarse un poco de la guitarra para probar cítaras, marimba (en la sensual "Out of time") y otros instrumentos. Asimismo, reafirman su capacidad para los lentos ("Lady Jane", "I am waiting") y para los rock que agitan al público e invocaban a la sexualidad floreciente ("Under my thumb"). La influencia folk se deja sentir en "Going home" -con trazos de bebop-, "High and dry" y "Dontcha bother me", entre otras. En "Flight 505" se evidencia la maestría de los Stones para el rock despreocupado -de la vida- y pegadizo. Un muy disco de los Stones, afirmándose en la cima del rock mundial.
Favoritas: "Lady Jane", "Under my thumb", "Out of time"
Calificación: 8/10