1001 Albums Parte XIV: Zombies, Van Morrison, Byrds, Beatles, Mothers of Invention, Neil Young, Captain Beefheart, Creedence Clearwater Revival, Crosby-Stills-Nash, Blood Sweat (1968-69)

08.10.2020

El último álbum de estudio de la banda pop-rock inglesa The Zombies fue Odessey & Oracle (1968), paradójicamente el más exitoso de su trayectoria. Parte de ese éxito se debió a la motivación de liberarse de las ataduras del asfixiante mundo de las discográficas y de la necesidad de logros comerciales. El disco -que suena a despedida- está dominado por el armonioso pop barroco que destaca en la romántica "A rose for Emily", la popular "Time of the season" o en la melancólica "Maybe after he's gone". A lo largo del disco The Zombies ponen el acento en el camino recorrido y en el fin de una etapa ("Beechwood Park", "Hung up on a dream"), y sus melodías -en especial sus lentos- tienen una sutileza desbordante; sin embargo, su mirada hacia el presente es esperanzadora y le ponen buenas fichas al amor ("I want her she wants me", "This would be our year", "Friends of mine"). El manejo de las múltiples voces al estilo Beatles o Beach Boys le sienta muy bien, en particular en "Brief candles" y "Changes" (el tema más influenciado por el reciente Sgt. Pepper's). La década se iba pero The Zombies rendían culto a la gran revolución del pop con este hermoso álbum. 

Favoritas: "I want her she wants me", "A rose for Emily", "This would be our year"

Calificación:   8/10


Para el momento en que salió el álbum Astral weeks (1968), el cantautor norirlandés Van Morrison ya tenía, con sólo 23 años, varios hits en su haber. Este disco fue una buena oportunidad para Morrison de desarrollar su interés en la fusión del folk norirlandés, el blues y el jazz. Buena parte de sus canciones hablan de historias mínimas, ocultas, denotando una gran percepción por parte de Morrison sobre el amor, el dolor, la soledad y otras cuestiones que afectan a la vida cotidiana del ser humano. "Beside you", por ejemplo, es una oda al un niño querido y a su espíritu de aventura, "Sweet thing" dispara las palabras más sinceras de un hombre que ama a una mujer y cuánto; "Cyprus avenue" y "Madame George" se aproximan a la inevitabilidad de un amor imposible al alcance de la mano. La voz de Van Morrison conmueve y transmite puro sentimiento; su tonalidad me recuerda a James Taylor. La melancolía de la voz y los arreglos sutiles y acotados ensalzan un disco de grandes composiciones. Astral weeks vale la pena, tiene hermosas historias, poéticas y eternizables.

Favoritas: "Sweet thing", "Cyprus Avenue", "The way young lovers do"

Calificación:  8/10


Para inicios de 1968 The Byrds estaba prácticamente desmantelada, pero el ingreso de Gram Parsons decidió el destino del siguiente proyecto. Sweetheart of the Rodeo (1968) tiene un aura de música americana tradicional, aunque esta apariencia debe ser analizada desde la elección del repertorio (en su mayoría covers), del cual destacan "You ain't goin' nowhere" y "Nothing was delivered" ambas de Bob Dylan, quizás el menos conservador de los artistas country hasta entonces. El recorrido de The Byrds se detiene en la nostalgia de la figura americana mítica en temas como "I am a pilgrim" o "Hickory wind" y realzan costumbres muy arraigadas en la sociedad ("The christian life"). Esa inclinación hacia la representación del estilo americano más tradicional asoció al disco con el conservadurismo, crítica en parte cierta pero que desmerece la sólida incursión de la banda en el folk clásico, reflejando un paso más, no hacia atrás, en el proceso de reagrupación. Pero también hay canciones de amor como "You're still on my mind", o relatos anecdóticos como "Pretty boy Floyd" y la deprimente "Life in prison". Una rareza por parte de una de las bandas de rock míticas de la década.

Favoritas: "You're still in my mind", "Nothing was delivered", "I am a pilgrim"

Calificación:   7/10


The Beatles (1968), más conocido como el Álbum Blanco, es un álbum transicional. Prepara a su público para el adiós mediante temas nostálgicos y críticas ácidas de la sociedad, la heterogeneidad de ritmos y estilos obedeces a las múltiples diferencias creativas que asolaban la banda por entonces, en un ya casi insoluble drama. Si bien esas diferencias hacían insoportable hasta la convivencia en un estudio, la propuesta de un álbum doble fue un acierto como recurso para dar lugar a todo tipo de experimentación. La sátira de "Back to the USSR" y "Ob-la-di, ob-la-da" da paso a las sentidas baladas como "Dear Prudence", "Sexy Sadie" y sobre todo la excepcional "While my guitar gently weeps" (con un solo de Eric Clapton que corona tal vez el mejor tema de Harrison con la banda).  Otras canciones cargan contra la hipocresía social ("Piggies", "Everybody's got something to hide except for me and my monkey"), contra la crítica ("Glass onion" o la proto-metal "Helter skelter"), contra las historias convencionales ("Rocky Racoon", "The continuing story of Bungalow Bill") y hasta hay evocaciones personales e intimistas ("Julia", "Mother nature's son", "Martha my dear"). Uno de los mejores álbumes de los Beatles y de los 60'.

Favoritas: "While my guitar gently weeps", "Ob-la-di, ob-la-da", "I wlll"

Calificación:  9/10


De principio a fin, We're only in it for the money (1968) de Frank Zappa y The Mothers of Invention es un álbum satírico, autorreflexivo y de conceptualización ambiciosa. El título mismo invita a desmitificar la figura del rocker heroico, altruista y visionario. La sátira, desde la portada que remite obviamente al Sgt. Pepper de los Beatles, es parte integral de "Who need the peace corps?" o "Flower punk"; en esta línea se hace presente el comentario social ácido e irreverente ("The idiot bastard son", o "Harry, you're a beast", cuya última línea se grabó al revés para sortear la censura). Otro recurso que se repite hasta el hartazgo es el pastiche, tanto estilístico como de medios y formas ("Telephone conversation", "The chrome plated megaphone of destiny"). Esto se sintetiza en "Absolutely free", ácido ataque a las corporaciones como discográficas bajo un surtido de ritmos varios y ruidos discordantes. La combinación de ambos procedimientos genera una recepción diferente, obligando a otro tipo de atención que el rock contemporáneo no haría debido a melodías pegadizas. Excéntrico, uno de los álbumes experimentales más emblemáticos de los 60'.

Favoritas: "Who need the peace corps?", "Mother people", "Wha's the ugliest part of your body?"

Calificación:  8/10


Neil Young, considerado por algunos como el padre del grunge, tuvo éxito con su álbum debut en 1968. Al año siguiente se combinó con la banda de rock angelina Crazy Horse para grabar Everybody knows this is nowhere (1969), un disco de apenas 7 pistas con letras reflexivas y altamente subjetivas como punto fuerte. Las canciones rozan la melancolía gracias al tono rasposo y meditabundo de Young; "Cinnamon girl" anticipa al grunge, "Everybody knows this is nowhere" es una balada pesimista, pero el punto más alto es sin dudas la balada folk existencialista "Round & round (It won't be long)", un acto de fe hacia la lealtad o la esperanza. "Down by the river" es un tema que da lugar a la improvisación de Young, logrando un perfecto estado armónico entre guitarras, bajo y batería en el intermedio; al igual que "Cowgirl in the sand" es un clásico del artista, tal vez por reflejar los tormentos de una adicción o de un ser que no puede mantener el control sobre sí. "The losing end" es una bonita canción country sobre un hombre derrotado, y en "Running dry" nos azota un violín estremecedor. El primer disco del 69' es otra épica de la música estadounidense, de la mano de uno de sus artistas más duraderos.

Favoritas: "Round & round (It won't be long)", "Down by the river", "The losing end (when you're on)"

Calificación:  8/10


Hace unos días escuché y comenté sobre un álbum de Mothers of Invention, una de las bandas más influyentes provenientes del rock más experimental. En esta ocasión, me toca hablar de Trout mask replica (1969) un extraño álbum doble de Captain Beefheart & His Magic Band. No hay un parámetro para definir este disco, más que el gigante paraguas del avant-garde, cuyas teorías permitían un abanico de posibilidades realmente amplio a la hora de probar estilos, líricas ("Old fart at play" es muy provocadora) e instrumentos. Los cambios de ritmo abundan, a la vez que en muchos casos la narración predomina sobre la música, y hay poco o nada de instrumentación ("The dust blows forward 'n the dust blows back", "Pena"); también se cruzan diálogo y canción indiscriminadamente. En otros temas ("Hair pie: bake 1") se experimenta con la atonalidad y/o la improvisación propia del free jazz ("Dali's car", "Wild life"). Captain Beefheart no pierde de vista al blues y a sus variaciones o fusiones ("Moonlight in Vermont", "My human gets me blues") y el country. Es difícil juzgar un disco como éste, es sabido que ha influenciado a buena parte del rock rebelde de los 70', pero su desorden no terminó de captar mi atención. Único en su clase.

Favoritas: "Moonlight in Vermont", "Sugar N' spikes", "Ant bee man"

Calificación:  7/10


Luego de tanto brit rock, psicodelia y experimentación, queda un sedimento dentro del panorama rockero que aún no había aflorado. Creedence Clearwater Revival es quizás la banda puramente rocker más influyente de fines de los 60' e inicios de los 70'. Bayou Country (1969) es uno de sus álbumes más recordados, y es obvio por qué. Retomando el sonido del rock and roll de los 50' y con un estilo sureño, el disco destila maestría en las guitarras, el manejo de la voz principal y la sorprendente limpidez de su sonido general. Canciones como "Bootleg" y "Proud Mary" son facturas de estructura simple pero memorables, mientras que "Graveyard train" está marcada por la improvisación y la persistente compañía de una armónica que la acerca al R&B. El homenaje a sus orígenes rockabillies se refleja en "Good golly Miss Molly", sólido cover de un tema de Little Richard y al blues con "Penthouse pauper" (con un excepcional solo de guitarra de John Fogerty). "Keep on chooglin'", finalmente, es el tema perfecto para cerrar recitales. Un gran disco, piedra angular del rock moderno, sólo le faltan más canciones. 

Favoritas: "Penthouse pauper", "Proud Mary", "Bootleg"

Calificación:  9/10


Si hablamos de tríos conformados a modo de selección, el de David Crosby, Steve Stills y Graham Nash deberían entrar en cualquier discusión del tema. Su álbum debut, Crosby, Stills & Nash (1969) es un muestrario de las influencias que los cantautores recibieron en los años previos así como de la movida que generaron a partir de estas composiciones. El motivo general es de folk, en ocasiones pop ("Suite: Judy blue eyes"), country ("Marrakesh Express"), balada (la pacífica y armónica "Guinnevere", "You don't have to cry"), rock ("Pre-road downs"), blues ("Wooden ships", que muestra la habilidad de Stills con el órgano), algo de folk-funk ("Long time gone") y folk romántico ("Lady of the island", probablamente inspirada por Joni Mitchell, por entonces novia de Nash). Lo más destacable del disco son las armonías corales ( por ejemplo en "Helplessly hoping)", generando el acompañamiento perfecto para la voz líder. Lamentablemente la banda fue intermitente en sus presentaciones a partir de los 70' debido a varias razones, siendo la lucha con las adicciones (especialmente Crosby con el alcohol) el principal inconveniente. Un disco logrado, que combina tres talentos que no se superan entre sí.

Favoritas: "Lady of the island", "Helplessly hoping", "Marrakesh Express"

Calificación:  8/10


Proveniente del palo del rock and roll, la formación de Blood, Sweat and Tears (cuyo nombre es una obvia referencia a la famosa frase del ícono inglés Winston Churchill) combinó estilos con virtuosismo y elegancia. En lo que respecta a Blood, sweat and tears (1969), de las sendas adaptaciones y extraños arreglos para las Gymnopédies de Erik Satie, el estilo libre de "Smiling phases" -con gran acompañamiento de vientos y la voz potente de David Clayton-Thomas-, el folk pastoral de "Sometimes in winter", el blues de "God bless the child" (buena versión sobre el tema de Billie Holiday) el soul de "More and more" y la improvisada "Blues, Pt. 2", es evidente la vena jazzística de la banda, ya sea en modo free jazz o bien en la fusión de estilos; el salto y variaciones en algunos temas (la country "And when I die" de Laura Nyro o en "Spinning wheel") también refleja la experiencia y maleabilidad de sus integrantes. Un disco premiado (ganó el Grammy al álbum del año) y ciertamente entretenido. Recomendable.

Favoritas: "And when I die", "Smiling phases", "God bless the child"

Calificación: 8/10

Es mejor mirar al cielo que vivir en él. 
(Truman Capote)
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