¿Y ahora en qué voy a creer? Los Expedientes Secretos X

23.04.2018

Mis primeras palabras al terminar la 11 temporada de X- Files fueron: "por fin". No es que lo haya pasado mal, sino que la última temporada, que terminó hace pocas semanas, superó mis -bajas- expectativas, en caída libre por culpa de una fallida décima temporada hace dos años. 

Bien, empecemos por el principio.

Dos agentes del FBI, Fox Mulder (David Duchovny) y Dana Scully (Gillian Anderson), trabajan en una sección de casos clasificados paranormales para el organismo burocrático norteamericano por excelencia; con el hilo conductor de una gran conspiración que involucra agentes encubiertos del estado, niños secuestrados, extraterrestres y otras improbabilidades, Mulder y Scully luchan temporada tras temporada por llegar a la verdad y, a la vez, evitar que se cierren esos archivos.

Ahora bien, con el correr de las temporadas X-Files fue mutando en algunas cuestiones, aunque los protagonistas se mantuvieron fieles a sus principios. Scully, la pragmática médico forense que priorizaba la razón, y Mulder, el escéptico agente que nunca desechaba la posibilidad de lo paranormal, eran el equipo perfecto. Hasta tuvieron tiempo para enamorarse, separarse y volver a estar juntos -con un hijo de por medio. Durante aquella etapa de ausencias esporádicas de Mulder (justificadas en la serie con su abducción por parte de extraterrestres) fueron apareciendo otros personajes que tomaron el mando de la serie. Sin embargo, cuando Los Expedientes Secretos X regresó catorce años después de su memorable final, tanto Mulder como Scully estaban allí. Más viejos y más cansados. Pero también más descontracturados...

Si bien siempre hubo una fina dosis de humor, la última temporada está repleta de guiños graciosos. Aunque en años anteriores la serie no estuvo exenta de mostrar un lado cómico para bajar el tono apocalíptico de sus pretensiones, lo cierto es que el exceso de guiños me distancia de la trama principal, o mejor dicho, desmitifica un poco a los protagonistas y los convierte en personajes más "terrenales". El capítulo "Rm9sbG93ZXJz" (Glen Morgan, 2018) ejemplifica esta reflexión llevándonos a problemas no tan sobrenaturales sino más propios del ser humano actual, como es la lucha diaria con las nuevas tecnologías; aunque comienza con algunos hechos graciosos, el episodio se va tornando más siniestro a medida que avanza y acaba resultando una lucha por la supervivencia. Distinto es el desarrollo de "Familiar" (Holly Dale, 2018), en el que se mezclan animales feroces, niños agredidos, figuras siniestras como un muñeco, etc, dando forma a un cóctel de imágenes perturbadoras que en ningún momento nos hace sentir cómodos. Como resultado de esta variedad de episodios -que por otra parte se había vuelto parte del formato de la serie en épocas anteriores- Los Expedientes Secretos X volvieron aunque sea en cuanto a estilo a aquellos años dorados. 

Bueno, volvieron EN PARTE a aquellos años. 

Cuando dije que Mulder y Scully lucen más viejos y más cansados no es literal; en realidad, el efecto del tiempo se hace patente en él, quien -tal vez debido a tanto conflicto personal en la vida de Duchovny- se ve algo desmotivado, sin esa necesidad de ser el paladín de los que buscan terminar con las grandes conspiraciones. Seguramente ese cambio forma parte también de la madurez propia del paso de los años. Scully, por otro lado, si bien no luce radiante, todavía conserva esa belleza en su rostro, y su personalidad oscila entre la rectitud o la distancia y la sensibilidad de aquellos momentos compartidos. Sin dudas el recuerdo de un amor duradero y que nunca parece apagarse, revolotea por encima de cada capítulo y el espectador más fiel puede sentirse satisfecho de que las vueltas de la vida los han llevado a ambos a volver a su relación de amor.

Lo cierto es que todos sabíamos que un regreso tardío difícilmente puede colmar las expectativas del espectador, sobre todo si la serie puede jactarse de haber alcanzado un nivel de excelencia en su pasado. A pesar de ello, puedo afirmar que la décimo primera temporada satisface, y si ya no se agregan más capítulos, al menos pudimos ver en Mulder y Scully que la vida es una rueda, y que por más vueltas y caminos que recorran, siempre regresan a la compañía del otro. 


Es mejor mirar al cielo que vivir en él. 
(Truman Capote)
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